
La era de Albert
Uno de esos factores imprescindibles en la educación moderna, basados
en las nuevas tendencias y dinámicas de aprendizaje: es el movimiento.
La música es aún una gran desconocida cuando se trata de espacios de trabajo.
Ahora las empresas apuestan por crear entornos cada vez más amables. A esta
transformación se le han añadido progresivamente otras herramientas, como el uso del mobiliario para separar atmósferas, el color como generador de emociones, la incorporación de la naturaleza a través de la biofilia, o el confort térmico, acústico y lumínico; y otros no tan tangibles, pero no por ello menos importantes para el bienestar físico y mental de los trabajadores, entre los que se encuentra la música.
Compartir música en un mismo espacio de trabajo resulta muchas veces complicado. La diversidad de tareas y de estados anímicos hace que muchas veces la solución pase por la escucha individual. Pero escuchar música desde unos auriculares no es lo mismo que hacerlo desde el ordenador, y mucho menos de unos altavoces rodeando el espacio.
Las fuentes directas de sonido pueden afectar negativamente a la productividad, por lo que es imprescindible, para los que puedan, distribuir adecuadamente las fuentes de sonido. Sin embargo, y pesar de sus múltiples beneficios, la ausencia de música es a veces necesaria, en momentos de bloqueo mental, concentración, o porque simplemente queremos silencio. Porque, más allá de establecer reglas, de lo que se trata es de encontrar en cada momento la mejor solución.
Uno de esos factores imprescindibles en la educación moderna, basados
en las nuevas tendencias y dinámicas de aprendizaje: es el movimiento.
Uno de esos factores imprescindibles en la educación moderna, basados
en las nuevas tendencias y dinámicas de aprendizaje: es el movimiento.
Uno de esos factores imprescindibles en la educación moderna, basados
en las nuevas tendencias y dinámicas de aprendizaje: es el movimiento.
La línea ética y anticorrupción lineaeticaytransparencia@kassani.com es un mecanismo para que tanto nuestros colaboradores, como las personas con las que nos relacionamos, reporten comportamientos incorrectos.