Escoge bien tu silla de trabajo

La silla donde trabajas no solo influye directamente en tu productividad diaria, también determina qué tan bien te sentirás después de una jornada laboral; así que si por lo general, terminas agotado y adolorido tras salir de tu oficina, lo más probable es que tu silla no sea la adecuada. Debes tener cuidado porque una mala postura y malos movimientos pueden provocarte mucho más que cansancio. Si quieres mejorar tu salud, tienes que empezar por tu silla, la ergonomía es importante y con ella se busca diseñar productos y lugares de trabajo para que sean cómodos para los trabajadores. Ten en cuenta los siguientes factores para elegir una buena silla de trabajo, o para saber si la que tienes definitivamente no es la mejor para tu salud y disposición al momento de trabajar.

1. ALTURA AJUSTABLE

La altura de tu silla es importante en la ergonomía de tu asiento y dependerá de que tan alto es tu escritorio. Tu silla debe ser ajustable para que puedas adaptarla a tus dimensiones; de modo que tus manos queden apoyadas al nivel de tus codos y tus pies perfectamente apoyados sobre el piso. Si te sientas en una silla que es demasiado baja, tu columna se doblará hacia adelante, lo que ejercerá presión sobre tu espalda baja. Si te sientas demasiado alto, tu espalda se encorvará, lo que ejercerá presión sobre los músculos de tu cuello.
Recuerda que no debes sentir ninguna presión en las rodillas, los hombros o las caderas. Si tus pies no alcanzan el piso, debes usar un apoyapies.

2. RESPALDO RECLINABLE

Sentarse en una silla reclinada a 130° reduce la tensión sobre la espalda. Se ha demostrado que sentarse en una silla reclinada 30 grados reduce el estrés en la parte inferior de la espalda. Esto se debe al hecho de que cuando se sienta en un asiento con la espalda apoyada, la columna vertebral se curva naturalmente en su posición natural. Cuando te sientas erguido, tu columna vertebral se endereza y es más probable que se ponga tensa.
Las sillas rígidas, cuyo respaldo está en un ángulo de 90°, pueden funcionar por algunas horas;pero al cabo de ese tiempo terminarán haciendo que te encorves, y en unas semanas, pueden significar una visita al quiropráctico. Así que debes asegurarte que el respaldo se pueda mover y que el asiento cuente con apoyo lumbar para que la tensión recaiga solo en esta zona (alrededor de la cadera). Asegurate de apoyar la espalda y el cuello correctamente.

3. APOYABRAZOS

Aunque ya hablamos de la altura a la que deben estar tus brazos, debes tener en cuenta que para no generar una carga a tus hombros ni tencionarlos, tu asiento debe contar con apoyabrazos, no solo ajustables para adaptarlos a tu cuerpo, sino también removibles. Úsalos cuando tengas que escribir por mucho tiempo y quítalos cuando tengas que hacer tareas que requieran movimiento.

4. ASIENTO AJUSTABLE

Por el bien de tus rodillas y de tu espalda tu silla debe contar con un asiento que pueda deslizarse hacia atrás o hacia adelante; solo así contará con una perfecta ergonomía. Si tu asiento es muy largo para tus piernas, terminarás sentado sin apoyar tu espalda, así que fíjate muy bien en que el borde del asiento quede por lo menos 5 centímetros detrás de tus rodillas.

5. RUEDAS ADECUADAS

Las ruedas de tu asiento deberán ser elegidas de acuerdo a la superficie en la que se moverán. Por ejemplo, si se trata de una superficie lisa, tu silla deberá tener ruedas de goma, mientras que si tu lugar de trabajo tiene algún tapiz o alfombra será preferible que estas sean de un material más duro. La cantidad de radios de tu asiento tendrá que aumentar dependiendo de lo mucho que tengas que desplazarte en tu silla.

CONCLUSION

Las sillas ergonómicas ayudan a las personas a trabajar de manera más eficiente. Esto les permite mantenerse saludables, pero al mismo tiempo mejorar las condiciones de trabajo. Para los empleadores, invertir en productos ergonómicos tiene sentido porque reduce el ausentismo y aumenta la productividad.

CONSEJOS VARIOS

Al elegir una nueva silla de oficina, ten en cuenta las características ergonómicas, como el soporte lumbar ajustable, la inclinación hacia atrás, el ajuste de altura, los reposabrazos y los reposapiés.
 
Si pasas la mayor parte del día sentado, elije un asiento cómodo que se adapte a tu tipo de cuerpo.
 
La ergonomía puede marcar una gran diferencia en tu sentir al estar en tu escritorio. Una asiento en mal estado puede causar dolor de espalda, dolor de cuello, tensión muscular, dolores de cabeza e incluso síndrome del túnel carpiano. Si pasas la mayor parte del día sentado, vale la pena invertir en una buena silla de oficina ergonómica.
 
Las sillas con una buena ergonomía también mejoran la productividad en el ámbito laboral. Te brindan un asiento cómodo y respaldo para que puedas concentrarse en lo que es importante.
 
En medio del desarrollo de tu jornada laboral, puedes tomarte un descanso para hacer alguna actividad física como lo es caminar un poco; esto te ayudará a oxigenarte y relajar un poco tu postura si te sientes estresado.

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